El nearshoring está ganando cada vez mayor popularidad en el mundo de la logística. Se trata de una estrategia empresarial que tiene como objetivo trasladar los procesos, servicios y funciones de una empresa desde una zona más alejada desde el punto de vista geográfico a otra que tenga menor distancia. A diferencia del nearshoring, el offshoring implica externalizar servicios o procesos a países que se encuentran a una gran distancia, a menudo en continentes diferentes. Ha sido una estrategia empresarial utilizada masivamente en las últimas décadas por muchas compañías con un objetivo muy claro: reducir los costes de producción.
Sin embargo, el contexto político y económico mundial cada vez es más volátil. Además de situaciones sanitarias excepcionales como la pasada pandemia, los conflictos geopolíticos y los efectos económicos derivados de éstos, con el aumento de la inestabilidad y la escalada imparable de los precios de la energía, han decantado la estrategia empresarial hacia modelos más controlables como el nearshoring. Con esta estrategia, se busca reducir costos y mantener una comunicación fluida y efectiva con el equipo de trabajo, lo que puede ser más difícil de lograr cuando se trabaja con países muy alejados. Este nuevo enfoque viene derivado en parte de los efectos que provocó la pandemia: para blindarse ante situaciones excepcionales -cada vez más frecuentes- derivadas de la complejidad del mundo en que vivimos, muchas compañías optan por cadenas de producción más cortas y resilientes, que sean capaces de mantener las operaciones en cualquier circunstancia.
En el caso del nearshoring, las ventajas para las empresas son evidentes: mejora de la comunicación y reducción de los costes de transporte y tiempo, una necesidad imperiosa, además, para hacer frente a las demandas y exigencias de los consumidores, que cada vez quieren disponer de sus productos y servicios con la mayor rapidez posible. Evidentemente, el uso de proveedores cercanos también permite reducir en gran medida el riesgo de problemas culturales y lingüísticos de tener localizada una cadena de producción en un continente lejano. Situada en un país cercano, es mucho más probable que existan similitudes en términos de idioma y cultura de negocios. Estamos, así pues, ante una opción de futuro para el diseño de las nuevas cadenas de suministro.