Pese a que era obvio desde hace tiempo la relevancia del sector logístico para la economía global, la pandemia ha puesto de manifiesto hasta qué grado es esta afirmación cierta. El sector logístico no ha dejado de crecer desde que estalló la crisis del coronavirus. Según datos del Observatorio Sectorial DBK de Informa, los ingresos derivados de la prestación de servicios logísticos vinculados a operaciones comerciales en internet se situaron en 2.300 millones en el año 2020, un 24% más que en el año anterior. Se aceleró, de este modo, la tendencia de notable crecimiento que ya venía registrando el mercado, dado que en los tres ejercicios precedentes había aumentado en torno al 18-19% anual.
Lo que es más importante, la logística ha demostrado ser además un sector fundamental para la erradicación de la enfermedad. Concretamente, en el suministro de las vacunas a la población. La distribución y almacenamiento de la vacuna para frenar el avance del Covid-19 se convirtió desde el principio en un desafío de enorme envergadura para el sector logístico en general. No solo por el suministro a la población sino por la dificultad del traslado y almacenamiento de un tipo de vacuna que exige unas temperaturas extremadamente bajas para su conservación. Y parece que lo está sorteando con éxito si, tal y como ha anunciado el gobierno, el 70% de la población española está vacunada a finales de verano.
Pues bien, todo este sector que mueve millones de euros y es esencial para la economía mundial ha mostrado su vulnerabilidad con el incidente del buque Ever Given. 300 metros de eslora, el equivalente a tres campos de fútbol, consiguieron estancar durante una semana la logística del planeta. Una semana después de que se consiguiera mover el buque y que el Canal de Suez recuperara el movimiento, todavía no se ha recuperado el tráfico logístico normal y las consecuencias se dejarán sentir hasta 30 días después del desbloqueo. Ahora ha comenzado el juego de buscar responsabilidades pues las pérdidas del incidente incluyen desde los costes del rescate hasta la interrupción de ingresos que ha sufrido la Autoridad del Canal, además de los daños a terceros por demoras, navegación extra o bienes deteriorados.
El propósito de este artículo no es el de buscar un culpable ni hacer recriminaciones. Su única intención es poner de manifiesto lo vulnerable que puede resultar todo un sistema que es tan necesario para la economía global.