La crisis sanitaria de la COVID-19 ha supuesto la paralización total de las ferias comerciales. Si hay un sector al que el distanciamiento social impuesto por el confinamiento para frenar la pandemia afecta directamente es el de la celebración de salones profesionales. La suspensión del Mobile World Congress de Barcelona supuso el inicio de una cadena de aplazamientos de eventos feriales. En nuestro caso, la Feria de logística, Transporte, Intralogística y Cadena de suministro (SIL) y la Feria Internacional de la Entrega, Logística y Última Milla en el e-Commerce (eDelivery), previstas inicialmente para el mes de junio, han pospuesto su celebración para el 15-17 de septiembre.
Lo cierto es que al impacto de la pandemia actual se suma, en el caso de las ferias, la aparición en los últimos años de algunas voces que cuestionan la supervivencia de este modelo de negocio ante el gran avance de la tecnología y las posibilidades que ofrece internet. Pero precisamente ahora, cuando la mayoría de nosotros seguimos confinados en nuestros hogares a la espera de recuperar la normalidad o cuando menos una situación que permita retomar lentamente algunas actividades, cobra mayor importancia si cabe la necesidad del contacto físico y poder disponer de puntos de encuentro reales para muchos profesionales.
Es evidente que el teletrabajo aporta ventajas innegables, por ejemplo, desde el punto de vista ambiental y de eficiencia. Pero también lo es que las ferias continúan siendo una de las herramientas comunicativas más importantes con que cuentan las empresas, sobre todo en entornos B2B. Para cerrar acuerdos, ventas y transacciones sigue siendo imprescindible el contacto físico y visual con los interlocutores como también lo es conocer las novedades y las nuevas tendencias estando en contacto real con los productos y servicios. Las ferias profesionales permiten construir una relación directa con el cliente y mejorar su fidelidad, y hablar directamente con él permite también mejorar los productos y servicios. Además, el contacto directo facilita a los expositores poder convencer a las partes interesadas, y conseguir nuevos clientes.
Es evidente que el sector necesitará un tiempo para recuperar la velocidad de crucero que tenía anteriormente, pero no es menos cierto que en la nueva realidad a la que nos enfrentamos una vez superado el periodo más crítico de la actual crisis sanitaria, las ferias seguirán jugando un papel imprescindible.